Está claro que estamos sumidos en una profunda crisis, política, económica, social.....
Esto es más que palpable se respira ese ambiente, pero no nos engañemos esta crisis que ya dura demasiado y que aún parece que nos va a acompañar algún tiempo más, así que tenemos que aprovecharla para combatirla.
No debemos dejarnos influenciar por ese ambiente paralizador, sino todo lo contrario, combatirla tomando la iniciativa, tomando decisiones arriegadas que en otros momentos no nos hemos atrevido.
En el ámbito laboral las empresas en muchos casos han tenido que tomar este tipo de decisiones, como prescindir de gente que en otro momento no se hubieran planteado, y estos cambios han provocado una reestructuración del personal exigiendo una mayor implicación, desempeñar nuevas tareas.
Considero que a veces hay que tomar decisiones que pueden no resultar agradables para otras personas, pero si es para evitar un mal mayor, o para conseguir el objetivo deseado habrá que afrontarlas y ser lo suficientemente responsable para hacerlo.
Lo que me preocupa personalmente es que se toman este tipo de decisiones sin un fin claro, sin una meta lo suficientemente estudiada, sin valorar todos los pros y los contras, sino como una medida necesaria y urgente para salir del paso.
Y la pregunta es, ¿hacia dónde nos lleva todo esto?
Porque la percepción que provoca es que no tenemos un objetivo claro de hacia donde nos dirigimos, no estudiamos la situación real (con sus ventajas e inconvenientes,sus puntos fuertes y sus puntos débiles), estamos prescindiendo de profesionales especializados.
Esto es más que palpable se respira ese ambiente, pero no nos engañemos esta crisis que ya dura demasiado y que aún parece que nos va a acompañar algún tiempo más, así que tenemos que aprovecharla para combatirla.
No debemos dejarnos influenciar por ese ambiente paralizador, sino todo lo contrario, combatirla tomando la iniciativa, tomando decisiones arriegadas que en otros momentos no nos hemos atrevido.
En el ámbito laboral las empresas en muchos casos han tenido que tomar este tipo de decisiones, como prescindir de gente que en otro momento no se hubieran planteado, y estos cambios han provocado una reestructuración del personal exigiendo una mayor implicación, desempeñar nuevas tareas.
Considero que a veces hay que tomar decisiones que pueden no resultar agradables para otras personas, pero si es para evitar un mal mayor, o para conseguir el objetivo deseado habrá que afrontarlas y ser lo suficientemente responsable para hacerlo.
Lo que me preocupa personalmente es que se toman este tipo de decisiones sin un fin claro, sin una meta lo suficientemente estudiada, sin valorar todos los pros y los contras, sino como una medida necesaria y urgente para salir del paso.
Y la pregunta es, ¿hacia dónde nos lleva todo esto?
Porque la percepción que provoca es que no tenemos un objetivo claro de hacia donde nos dirigimos, no estudiamos la situación real (con sus ventajas e inconvenientes,sus puntos fuertes y sus puntos débiles), estamos prescindiendo de profesionales especializados.